lunes, 26 de septiembre de 2011

Antes del grito

   


         Después de reescribirlo varias veces  pienso:  Hay voces que no deberían existir. Voces físicas, reales... timbres de voz, modulaciones. En el caso de que no fuera posibles esta idea de la no existencia, ponerlas dentro de cámaras acústicas de donde no pudieran salir, en especial cuando dicen lo que uno quiere escuchar. Pero hay algunas tan chirriantemente penetrantes que encuentran dentro de la cabeza la resonancia indicada para rebotar una buena noche de insomnio. Allí  no hay gomaespuma que sirva.

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