jueves, 4 de agosto de 2011

Madre



Tibieza del instante
en que intento componerme
de la inmensa imagen de tu vida.
Sin conocerte intento descifrar
las piezas del rompecabezas,
De tus pasos.

Me siento chico de mirarte
como si no pudiera  ser tu igual,
como si nimio fuera yo
ahora que sé dónde germinaste flores.

Sonrisa tuya,
obús de dulce encanto
al centro de mi pecho.
Seres como vos
reorientan mi norte.











1 comentario:

  1. Suave, como la caricia de un diente de león en los cachetes, o la cortina de seda que es empujada por la brisa y nos acuna, así, atrás del estante justo ahí en el rincón oscuro que ve toda la luz, y que tiene ese abrigo de madre tan húmedo y acústico.
    (te abrazo)

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